Para conocer esto, necesitamos medir el crecimiento de los árboles año tras año. El 10% de todos los árboles en el bosque son medidos manualmente, uno por uno, una vez al año. Reuniendo datos del diámetro y altura, podemos saber cuánto han estado creciendo los árboles en el último año. Los árboles absorben CO2 de la atmósfera a través de la fotosíntesis. El oxígeno (O2) regresa al aire que respiramos y el carbono (C) se vuelve parte del tronco y ramas del árbol. Al medir la tasa de crecimiento, estamos midiendo también la tasa de crecimiento de la absorción. Una hectárea de bosque virgen puede capturar entre 0.5 y 4 toneladas de CO2 por año. Por otra parte, una hectárea de bosque manejado, puede capturar hasta 18 toneladas de CO2 cada año. Esto se extrapola a las miles de hectáreas que son parte de este proyecto.